Athrabeth Maddo ah Owlamoo

por el Dr. Calacolindo y el Prof. Gwaimbar


Sucedió una primavera que Owlamoo fue por un tiempo huésped en la casa de Northmoor Road y dio en hablar con Maddo acerca de Túrin, ya que Maddo se había dormido absorto en su lectura de la Narn e·’Rach Morgoth, y en sueños había estado recitando en voz alta extraños pensamientos sobre el destino de Túrin Turambar y las predicciones sobre la Dagor Dagorath. Owlamoo, que pasó en vela la noche entera por culpa de ese incesante murmuro, quiso aclarar al día siguiente la enturbiada mente de Maddo, que siempre había estado repleta de negros nubarrones que confundían sus, ya de por si banales, ideas. Por lo tanto, durante la mañana siguiente, en la que ambos fueron a tomar un café en el bar habitual, Owlamoo miró a Maddo con ojos inquisitivos a la vez que somnolientos:

- Anoche oí ciertos comentarios durante tu sueño que, además de evitar que me durmiera me resultaron, como menos, extraños. ¿Maddo, te encuentras bien? – inquirió Owlamoo, aparentemente preocupado.

- Sí, perfectamente –contestó Maddo tranquilo– no sé a que tipo de comentarios te refieres. Acaso conjugué mal algún verbo irregular quenya?

- No, era algo…. "distinto". Unas ideas extrañas en torno a Túrin, su espada, y su supuesta metamorfosis. ¿Sabes de qué te hablo? –dijo Owlamoo.

- Sí, sé perfectamente de qué me estás hablando. –dijo Maddo asintiendo preocupado con la cabeza- Hace días que no consigo sacarme esas extrañas ideas de mi cabeza. Y aunque empiezo a creer que, realmente, tienen una base fundamentada, no acaban por parecerme coherentes. –comentó Maddo pensativo.

- ¿Y bien? –murmuró Owlamoo- Soy todo oídos. Llena mi cabeza de teorías sin sentido, si eso puede hacerte sentir mejor –y me permite dormir esta noche, pensó para sus adentros.

- De acuerdo, tú lo has querido –empezó Maddo con una sonrisa malévola- Todo empezó cuando, en una discusión lingüística sobre Celeg Aithorn, la espada citada como "la que partirá del mundo en los cantos de liberación de Beleg, en la que se debatió, aparte de la etimología de la palabra, o mejor dicho, a partir de ella, el posible valor histórico de la misma, y por lo tanto algo muy directamente relacionado, quien es su portador. Yo, basándome en la versión del Cuento del Sol y la Luna, en El Libro de los Cuentos Perdidos I, propuse que la espada que "parte el mundo" (y más, en un texto de los años veinte), debería ser la de Fionwë Úrion, en aquellas épocas, hijo de Manwë, y que, según el texto anteriormente citado, era el encargado de acabar con Morgoth y con Arda.

- Pero yo te propuse otra idea, creo recordar… -le cortó Owlamoo- propuse que, como en Celeg Aithorn parece hacerse referencia al cristal, y en esa época Tolkien relacionaba muy a menudo el cristal con la plata, quizás aludía a un Ainu, curiosamente también Valarindë, que tiene más relación con la plata y que, curiosamente, en algunas versiones, también aparece en la batalla de la Dagor Dagorath: se trata de Telumehtar, hijo de Tulkas.

- Pues aquí viene mi preocupación, pues creo que Telumehtar no puede ser el portador de esta espada, pues lo es ya de otra: la que en esos años se llamaba Gurtholfin. –dijo Maddo convencido que estaba diciendo algo inteligente.

- ¡¿Gurtholfin?! –exclamó Owlamoo con un súbito sobresalto- ¿anteriormente llamada Gortholfin, posteriormente Gurthang? ¿la espada de Túrin?

- Pues ahí voy, Owlamoo, ahí voy –afirmó Maddo con media sonrisa en su rostro- ¿Y por qué no? Bien conoces la cita del Cuento de Turambar: "de modo que Túrin y Nienóri se sumergieron en Fôs'Almir, el baño de llamas, como habían hecho Urwendi y sus doncellas mucho antes de la primera vez que salió el Sol, y así se disiparon todos sus dolores y se purificaron todas sus culpas y allí quedaron como ilustres Valar entre los bienaventurados (...) pero Turambar luchará junto a Fionwë cuando llegue la Gran Destrucción, .." 1. ¿Acaso lo desestimas? ¿No merece el mismo respeto esta cita que cualquiera de posterior? Y, sí, sé lo que me vas a decir, por mucho que se "ainurice" a Túrin, no tiene porqué tener nada a ver con Telumehtar, aun si ambos participan en la Dagor Dagorath. Pero en el esquema del cuento se dice también, aunque más adelante: "Purificación de Turambar y Vainóni, que recorren el mundo como seres ilustres y se unen a Tulkas para luchar contra Melkor" 2. ¿Negarás acaso las numerosas coincidencias en el destino de ambos seres?

- No, no puedo hacerlo –aceptó Owlamoo- pero si insinúas, como haces, que Telumehtar no es más que Túrin "ainurizado" por su baño de llamas, deberías tener en cuenta que Telumehtar es uno de los Valarindi, y no de los Valar en sí, específicamente, como dice esa cita.

- Y así mismo lo corrige el Profesor más adelante, pues en la versión Quenta II se dice "[Túrin es mencionado] entre los hijos de los Dioses" 3 en vez de entre los Dioses. - comentó Maddo convencido.

- Sigues sin convencerme, –refunfuñó Owlamoo- es cierto que en esas características ambos coinciden, pero podría no ser más que una casualidad. Necesitarías alguna prueba más concluyente para poder hacer una semejante afirmación.

- Y la tengo, es más, un par de ellas. –dijo Maddo con soltura- Primero, en todas las concepciones de la Dagor Dagorath, o Gran Final, se dice que estará Fionwë, al principio siendo el que dará muerte a Melko (vengándose de la pérdida de Urwendi, en los Cuentos Perdidos), y luego estando a la derecha de Tulkas, cuando es éste el que se enfrenta a Melko. Sin embargo, Tulkas es un elemento añadido posteriormente, en el Camino Perdido, ya que en los primeros textos tan sólo Fionwë y Túrin aparecen. Ahora bien, en la Historia de Eriol o Aelfwine, cuando se refiere a la Dagor Dagorath, no se cita a Túrin junto a Fionwë, sino a Telumehtar. Es sospechoso pues, que Telumehtar aparezca como "sustituto" de Túrin en la Dagor Dagorath, pues, la posible interpretación de que apareciera como "sustituto" de Tulkas queda descartada, ya que éste no aparece hasta algunos años después. Por lo tanto, se puede deducir que la sustitución de Túrin por Telumehtar momentáneamente fue, sino premeditada por Tolkien, sí significativo en lo que nos concierne.

Pero además tengo otra prueba más evidente. En la Historia de Aelfwine se dice que "Telimektar e Ingil van tras él [por el pino de Tavrobel] y se quedan en el cielo para protegerlo (...) "Orión" ¿es la única imagen de Telimektar en el cielo? Varda le dio las estrellas y las mantiene en lo alto para que los Dioses sepan que está vigilante; la hoja de su espada tiene diamantes engarzados y se pondrá roja cuando la desenvaine al llegar el Gran Final" 4. Y yo me pregunto ¿quién representa Orión posteriormente? Y encuento en el Anillo de Morgoth "Y reunió a muchas otras antiguas estrellas y las puso como signos en los cielos de Arda. El mayor de éstos era Menelmakar, [en los comentarios nos dice que Menelmakar corresponde a Orión en la actualidad] una señal de Túrin Turambar, que habría de venir al mundo, y un presagio de la Última Batalla que se librará al final de los Días." 5

- Bueno, supongo que tú mismo verás que la primera en sí no tiene mucho peso –sonrió Owlamoo- pero en cambio la segunda me inquieta. Aparte del hecho de que ambos se correspondan con la constelación, citas ahora a la espada, que, realmente, ha sido la causa de todo este debate. Yo defendí que la espada Celeg Aithorn, cuyo nombre haría referencia al cristal, pertenecía a Telumehtar, pues en esos años Tolkien relacionaba estrechamente el cristal con la plata, y Telumehtar en todos los lugares en que se cita, tiene una estrecha relación con la plata, tanto en sus vestiduras, como, se supone, en sus armas. Y esto marca una sustancial diferencia con Túrin, cuyo color es el negro, tanto en atavíos como en arma. Y en las citas sobre la Dagorath aún se le nombra "Mormakil", o sea, Espada Negra, nombre que le había sido dado por ser el portador de la misma en las batallas cerca de Nargothrond.

- Tienes razón Owlamoo, pero, se me ocurre –Maddo sonrió al pronunciar estas palabras al ver la cara de terror de Owlamoo- que quizás en el bañó purificador de Túrin hubiera una parte visible, o sea, que Túrin, además de interiormente, cambie su imagen negra, y desdichada por otra transparente y pura, como podría ser el cristal, o sea, como muy bien has dicho, la plata.

- No está mal pensado, –dijo Owlamoo- pero deberías pensar que "Entonces [Urwendi] ordenó a muchas de sus doncellas que la siguieran, las que otrora habían regado con la luz de las raíces de Laurelin, y arrojando a un lado sus vestidos, se internaron en el estanque de Faskalan como bañistas en el mar" 6, de los Cuentos Perdidos, lo que pone en duda que en Fôs’Almir, o Faskalan, como dice el texto, fuera permitido que entrara algo más que el cuerpo desnudo del ainu, o aspirante a ello.

- Tienes razón, no lo había pensado….-decía Maddo avergonzado cuando Owlamoo le cortó de golpe

- Y además acabo de recordar… -empezó Owlamoo, sacando de un inmenso bolsillo un tomo en edición de bolsillo (evidentemente), titulado "Parma Kuluina", título que sonó familiar a Maddo, y empezó a buscar y rebuscar, mientras perdía numerosos puntos de página conformados en su mayoría por recortes de periódicos ya amarillentos, y finalmente, levantó la mirada a la vez que una sonrisa digna de Melkor en sus tiempos mozos aparecía en su rostro.- Mira Maddo, creo que esto es algo bastante más consistente que tus extrañas suposiciones. En "El Encadenamiento de Melko", de los Cuentos Perdidos, se nos dice que "Telimektar, su hijo [de Tulkas], de talla apenas suficiente para intervenir en la guerra, iba junto a él con una larga espada a la cintura, sujetada por una faja de plata" 7, y aún más, porqué un poco más adelante, en "El Robo de Melko" se dice que "Telimektar, hijo de Tulkas, se encuentra entre esa gente noble, y su cara y sus armas brillan como la plata en la oscuridad" 8. Como habrás observado, estas dos citas son muy anteriores a la llegada de Túrin a Valinor, ¡incluso a la llegada de los Hombres! Por lo tanto desmontan cualquier suposición que hubieras podido hacer en ese aspecto, lo siento Maddo, a la próxima.

- Lástima, me había empezado a gustar la idea –lamentó Maddo.

- Te diré más Maddo, -dijo un satisfecho Owlamoo- creo que la razón principal de las numerosas semejanzas de acciones entre Túrin y Telumehtar se debe a la desaparición de este último. Me explico: Tolkien, a lo largo de los años, fue "despaganizando" a los Valar para convertirlos en entes más angélicos, lejos de algunas habilidades más carnales como el hecho de reproducirse, de ahí la drástica supresión de los Valarindi (el de Melian no deja de ser un caso aislado). Entonces algunos de ellos, como Fionwë o Ilmarë, pasaron a ser considerados Maiar servidores del Vala o Valië que antiguamente había sido su progenitor, pero otros, como creo que es el caso de Telumehtar, tuvieron peor suerte y fueron eliminadas las referencias a él en el Legendarium. Ahora bien, las ideas referentes a la constelación Menelmacar, que Telumehtar había dejado sin trasfondo al desaparecer, resultaban muy atractivas para Tolkien y encontró apropiado relacionarlas con Túrin, que ya compartía con Telumehtar el hecho de luchar contra Morgoth en la Dagor Dagorath, aunque con la desaparición del Hijo de Tulkas, esta participación se vio aumentada, ya que, si bien antes solamente acompañaba a Fionwë en su lucha, ahora era Túrin quien daba muerte definitiva a Morgoth.

- Entonces… -Maddo se levantó alterado, chillando- ¡sí existe la metamorfosis! – Owlamoo casi dejando caer las gafas, que en ese momento estaba desentelando, levantó su vista de golpe debido al estrépito- No, es cierto que, debido a las citas que anteriormente me has comentado, en la narración es imposible esa sustitución que yo proponía; pero hay algo más, detrás de la narración. Ahí está él, Tolkien. La metamorfosis de Túrin a Telumehtar no fue en ese sentido, sino el inverso; y no tuvo lugar sobre papel, pero, sin ninguna duda, sí estuvo presente en la mente del Profesor.

- Creo que nos acercamos al verdadero trasfondo del asunto –sonrió Owlamoo- Para mí no tiene tanto interés hacer encajar distintas versiones del Legendarium que Tolkien elaboró, intentando buscar un supuesto Canon, como la observación de la evolución de sus ideas, y cómo ciertos cambios puntuales en un texto se extendían a otros textos, modificándolos en consonancia al primero, en el intento de acomodarlo todo en el marco general de los mitos. Algo que casi siempre quedaría en un intento, ya que sus ideas evolucionaban –o surgían nuevas- más deprisa de lo que las anteriores eran "actualizadas". Por otra parte, ahora que lo dices, creo que sería muy posible lo que afirmas, la evolución de las ideas en ese aspecto parece haber transcurrido como dices, por lo que sí se podría decir que existe, una metamorfosis de Telumehtar a Túrin en la siempre tan sorprendente mente del Profesor, tal como te he dicho, debido a esa despaganización de los Valar que propició cambios como la supresión de los Valarindi y, en nuestro caso particular, se podría decir que provocó algún cambio como el hecho de que la antigua constelación de Menelmacar, que antes era el mismo Telumehtar, que había subido por el Pino de Tavrobel, ahora es tan solo una representación, un símbolo de un Túrin, aún por llegar, cuyo destino está marcado por ese cinturón de estrellas.

- Interesante reflexión –dijo Maddo asintiendo con la cabeza- y estoy de acuerdo contigo en lo que refiere a Túrin; pero me ha extrañado tu afirmación de que la pretensión de mis suposiciones es la elaboración de un Canon. ¿Eso parece? Quizá sí. No deja de ser un intento de unificar criterios, pero su intención inicial no era ésa, sino la de proponer algo nuevo, diferente, sobre ese final tan extraño de Túrin que Tolkien deja en el aire. En todo caso, no deja de ser mera especulación, al igual que la idea de la elaboración del Canon que has propuesto. ¿Qué es sino intentar completar una obra incompleta, por mucha buena intención que se ponga en ello?

- Ciertamente, -afirmó Owlamoo- El Silmarillion, que pretende ser ese Canon al que nos referimos, no es más que un intento de recopilación, uno entre tantos…

- ¡Bah! ¡Y vaya uno! –refunfuñó Maddo- Eso a lo que te refieres como recopilación, más bien lo veo como una chapuza. El mero hecho de mezclar versiones de los años veinte con otras de los cincuenta donde, por ejemplo, el número de Balrogs había disminuido más de ciento cincuenta veces, es incomprensible. Pero claro, se debía elegir entre hacerlo de este modo, o sea, intentar dar una coherencia de bloque al texto (aunque en realidad nunca la tuviera); o dejar un texto en sí coherente, pero incompleto, lo que para muchos hubiera sido un fracaso, pues no cumpliría sus expectativas de "Historia" buscadas en El Silmarillion, que, en el publicado, pese a su incoherencia, encuentran.

- ¿Y qué querías hacer, sino? La publicación de una Historia de la Tierra Media sin una base, aunque incoherente, como el Silmarillion hubiera sido imposible. El Silmarillion es necesario como punto de partida para entender lo que realmente es el material de los Días Antiguos. El problema que tiene es que la mayoría de la gente lo toma como un fin en sí mismo, ese Canon que tu dices que pretende. Pero eso es una idea evidentemente equivocada. No se puede pretender dar como Canon a una recopilación que podría haber sido tranquilamente de mil formas distintas…

-¡Evidentemente! –le cortó Maddo- Dejando aparte si es posible o no hacer un Silmarillion mejor que el publicado, sí que es evidente que podía haber habido otros, si no mejores, similares, y con ideas completamente distintas. Ya que lo comentábamos antes, por ejemplo, no sería de extrañar un Silmarillion con Valarindi, donde tuvieran cabida Telumehtar como hijo de Tulkas o Fionwë como hijo de Manwë. En el actual aparecen versiones de textos que son mucho más antiguas que los textos donde empiezan a desaparecer los Valarindi.

- Cierto, –dijo Owlamoo- aunque se dice que en los últimos textos en que aparecían, pertenecientes al Anillo de Morgoth, fueron "tachados enérgicamente", y por lo tanto, es de suponer que Tolkien los hubiera extirpado de la mitología; otras versiones que sí están en el Silmarillion publicado, como la Caída de Gondolin, son anteriores a la supresión las ideas Valarindistas y, por lo tanto, englobadas en el mismo concepto.

- Y además –añadió Maddo- si finalmente el Silmarillion publicado hubiera contenido Valarindi, ahora mismo estaríamos hablando de porqué los incluyó si Tolkien los había rechazado. No. Es imposible encontrar ese canon que pretendemos.

- ¿Pretendemos? -se extrañó Owlamoo- Eres tú el que va por ahí proponiendo extrañas teorías de unificación de versiones dispares. No. Como muy bien dices el Silmarillion realmente no existe. Pero tampoco creo que tengamos que pretenderlo. No busco crear un Canon mejor que el de Christopher, es imposible. Lo máximo que podemos hacer es intentar conseguir una visión global del Corpus, de la obra real en sí, y a partir de ahí, poder hablar de los cambios, las evoluciones, y distintos matices que, a lo largo de los años, Tolkien daba de manera distinta a su narración.

- ¿Y qué mejor manera de conseguir una visión global del Corpus que buscando un Canon único? –sonrió Maddo- Me explico: Si alguna vez pretendiésemos encontrar un Canon unificado, al igual que hizo Christopher, tendríamos para ello que estudiar todos esos cambios y evoluciones de los que hablas, y seleccionar los textos que, más o menos, se adapten y den sensación de coherencia, aunque sea complicado, ya que no existe ningún "bloque completo" de textos coherentes entre ellos más allá de los Cuentos Perdidos, y deberíamos debatirnos entre la adaptación de algunos textos de fuera de ese bloque, o el no presentar de forma completa el Legendarium, sino con algunas lagunas. Entonces habríamos conseguido "un" Silmarillion, al igual que Christopher, pero estaríamos disconformes con nuestra propia obra al poder comprobar que para elaborar ese Canon habríamos tenido que desechar otros textos que, a pesar de no haber sido incluidos, nos parecerían igualmente válidos.

- Y hubiéramos malgastado tristemente nuestro tiempo… -dijo Owlamoo con media sonrisa.

- ¡No! –se exclamó Maddo- Si lográramos completar ese Silmarillion, o lo que fuere, después de mucho tiempo de análisis y selección, y, al acabar, nos diéramos cuenta de lo pésimo que el resultado es; eso significaría que hemos conseguido esa visión global que dices perseguir. Buscar el Canon como un fin en sí mismo, y además, con esperanzas de encontrarlo, aparte de un hito imposible, puede ser la peor de las pesadillas de cualquier Tolkiendil. Yo no me refiero a eso. Yo te propongo, si acaso, la búsqueda del Canon como medio para comprender el Corpus, a sabiendas que por muy profundo que sea tu estudio, nunca llegarás a conseguirlo.

- No es mala idea, no deja de ser una forma de buscar esa visión global, como bien dices. –comentó Owlamoo mirando su reloj- Es tarde. Siempre sucede lo mismo, por culpa de ese Tolkien que no nos pudo dejar "su" Silmarillion, ese que no habría dado lugar a tanta discusión absurda.

- ¿De verdad piensas eso? –dijo Maddo- Sí, es cierto, yo a veces también lamento el hecho de no tener ese verdadero "Quenta Silmarillion" que Tolkien hubiera publicado en vida; pero cuando lo pienso, a menudo otra idea me viene a la mente. ¿de verdad deseo el Silmarillion de Tolkien? Sí, en el fondo de mi corazón noto que daría cualquier cosa por leer tan solo una de sus páginas; pero luego me doy cuenta de que, con el "Quenta Silmarillion" publicado, todo lugar para la especulación y la discusión hubiera desaparecido. La evolución de las distintas ideas a lo largo de las décadas, el detalle en las correcciones en cada uno de los textos, que pese parecer tan superficiales, contienen a veces tanto significado, el poder comprobar los debates de su mente con ella misma analizando su propia obra, … Todo eso se habría perdido. Entonces todo el estudio sobre la Historia de la Tierra Media, todo el minucioso análisis que podríamos hacer, no sería más que presunción y locura. No, El Silmarillion del 77 y el Canon que propone son castillos en el aire. –sentenció Maddo con tono trágico, a la vez que convencido. Se levantó, y, dejando los veinte duros del café sobre la barra, partió con paso pesado hacia la calle.

 

NOTAS:

1 El Libro de los Cuentos Perdidos II, pág. 14

2 El Libro de los Cuentos Perdidos II, pág. 178

3 La Formación de la Tierra Media, pág. 241

4 El Libro de los Cuentos Perdidos II, pág. 356

5 El Anillo de Morgoth, pág. 90

6 El Libro de los Cuentos Perdidos I, pág. 231

7 El Libro de los Cuentos Perdidos I, pág. 127

8 El Libro de los Cuentos Perdidos I, pág. 191

 

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