Caminaban ambos, paso con paso, gesto con gesto, sincronizados a un tiempo. La disciplina militar que les había sido inculcada en Valinor duraba aún en estos días. Llevaba uno un paraguas de vivos colores en mano derecha, lo agarraba con fuerza casi con desesperación. Lo miraba el otro con perplejidad, incomprensión.
- Cambry...la gente rumorea, dicen cosas unos y otros las repiten, ¡ay, válgame Fëanor!. Incluso he oído que esconden la cubertería de plata cuando vas a cenar fuera.
- Mi buen Caranthir, hoy va a llover te lo aseguro. Mi vieja herida de la Nirnaeth ha despertado con una estridente punzada. Hoy llueve.
Cruzaban el campus a paso firme, ni una nube gris asomaba en el cielo, pasaron junto a la estatua de Isildur; como ordenaba el ritual ambos levantaron el brazo en alto, hacia arriba en un puño, para después erguir el dedo medio desafiantemente.
- Y oh Cambry...¿cómo se te pudo ocurrir vestirte de enano y ponerte a repartir mathoms?
- Estoy harto de que critiquéis todas mis iniciativas, te estás ganando un paraguazo.
Atravesaban un pequeño jardincito consagrado a Yavanna. En el centro de una pequeña fuente surgía un hilillo de agua fina y cristalina. Como mandaba la tradición salió de sus bocas un escupitajo que no erró. Sonó el Palanmovil.
- Aquí Hijodefëanor4......sí de acuerdo, ahora lo pregunto. Cambry, piden autorización para embadurnar de arriba abajo a la Profesora Ndye con nata.
- ¿Con qué propósito?.
- ¿Manoquemada, y qué haréis después con ella?...ahh bien...la soltarán en el Club Nocturno Teleri.
- ¡¡jua!!, pobre de ella como Nolendur esté allí como acostumbra. Que se haga Caran, esta noche si es posible.
- Sí, autorización verde, prioridad alfa, corto.
Acortaron camino internándose por una plazoleta donde acostumbraba a tocar la tuna. Ni un alma había allí, sólo una solitaria figura que se acercó a ellos.
- Me han dejado colgado...otra vez.
- Hola Maglor, no te preocupes, ya encontrarás a alguien que quiera escuchar tu estúpida música. Ven, acompáñanos.
Caminaban ahora los tres, sólo Maglor perdía el paso, derecha izquierda derecha izquierda, demasiado complicado.
- heyy, ¡no vayáis tan rápido!, oye Cambry, yo te quería preguntar, ¿cómo sabotearemos las celebraciones de Yule, qué tienes pensado hacer?.
- Nada, no haremos nada.
- ¿¿Nada?? -gritó Caranthir parándose en seco-, ¡¡por la sagrada Ley Fëanoriana, el Dr Eleder está detrás de los preparativos!!.
- Exacto, no lo esperarán, haremos lo que los demás, beber y divertirse.
- Oh Cambry -suspiró Maglor- , ¿pero el calendario no lo inventamos nosotros, quienes son ellos para usarlo como bien les parezca?.
- ¿Ni siquiera repartiremos fasquines subersivos? -preguntó Caranthir sopesando-
- No, se extrañarán y preocuparán tanto por vernos tranquilos que pensarán que estamos tramando algo terrible, les amargaremos la noche.
Llegaron al Edificio Fëanor de la UAN, entraron con solemnidad una tras otro en riguroso orden jerárquico, cada uno de ellos bajó la cabeza deteniéndose ante el busto de Fëanor y se santiguó de cabeza a pecho haciendo el símbolo de la estrella de ocho puntas con el dedo. Lo dejaron atrás y siguieron por el pasillo.
- Bueno...es una medida radical...nunca hemos hecho "nada".
- Sí Caran, no lo esperarán, será un golpe de efecto de consecuencias beneficiosas. Vestíos con vuestras mejores galas, colgáos todas las medallas y desempolvad los viejos estandartes.
- Ah bien...pero espero que no me toque abrir el baile, dicen que Galadryel será la que abra la Gala, y yo yo..¡yo no bailo con esa hija de de...Finarfin!!.
Al fin, tras el largo trayecto andado estaban ante la puerta de su destino. La abrió Cambry como acostumbraba y el olor a tabaco y la risa fácil les llegó, con media sonrisa Cambry suspiró aliviado y se puso en la barra.
- Ceba, tres cervezas...YA
- No, yo no bebo, no me apetece.
- Caran, de verdad...a veces Nolendur parece más Fëanoriano que tú.
Caranthir le dirigió a Cambragol una mirada indignada, pero observando el paraguas que aún tenía en la mano dejó pasar el comentario y dijo:
- Pero....no sé, "algo" tendremos que hacer esa noche...¿y si le quemamos el despacho al Dr Eleder?.
- Bueno...eso sí, como todos los años.
Noldorynn se unió al grupo al tiempo que ponían las cervezas y Cambry la bebía en un trago.
- Hola chicos...ah menos mal Cambra, ya pensaba que habiéndote vuelto hobbit dejarías la cerveza.
El paraguazo resonó en toda la cafetería.