(Debate programado dentro del Ciclo de Debates Tolkenianos de la Universidad Tar-Karolis III de Hyarrostar)

"Los Neo-Nazgûl y otras hierbas", replica a cargo del Profesor Retuerce (Profesor de Arqueología Fantástica de la Universidad Autónoma de Númenor) al discurso presentado por Yean Ladrillard (Profesor de Filosofía Cínica de la Universidad Caosplutense de Anustar) titulado "Elogio de los Nazgûl". Presidieron el acto el Excmo. e Ilmo. Rector de la U.T-K.III,

D. Georgio Barbapeces y el Excmo. e Ilmo. Rector de la U.A.N. D. Arcadio Robles.

[En el Salón de Actos, frente a frente, hay dos tribunas para los oradores. En una permanece sentado el Doctor Ladrillard tras haber hablado durante su turno. En la otra, de pie, Retuerce repasa distraídamente unos papeles, los ordena sobre la mesa. Al lado de ambos, en una tribuna mas larga, permanecen atentos los Rectores y Decanos. El publico llena el auditorio hasta los topes y muchos están de pie al no tener asientos. Los murmullos y toses se apagan cuando el ponente comienza a hablar]

"¿Hasta cuanto, distinguido Ladrillard, tendremos que aguantar tus impertinencias?"

Señoras y señores del publico, durante el primer turno de este debate hemos tenido la oportunidad de escuchar los argumentos expuestos por mi colega en defensa de los llamados Jinetes Oscuros. Hemos de decir, para aclarar, que lo que el engloba bajo el titulo de Nazgûl es un conjunto de individuos que sobrepasa el numero de los Nueve comúnmente aceptados. Es mas, pretende hacernos creer el señor Ladrillard que los tales Nazgûl pervivieron en épocas posteriores, dotados de todo tipo de nombres antitolkenianos y con unas características que los humanizaban, liberándolos de su esclavitud para con el Señor Oscuro Sauron. Pero aun hay mas; el señor Ladrillard, ampliando la corriente del revisionismo histórico que reniega de todas las fuentes tolkenianas anteriores y basándose en el simplón axioma de que "la historia la escriben los vencedores", ha intentado ademas extender la postura de que todo, absolutamente todo, el universo tolkieniano es cuestionable desde nuestro, para él, maniqueista punto de vista. Que el Canto de los Ainur es una monumental superchería, que Frodo era un miserable oportunista, y toda la Compañía del Anillo una caterva de estúpidos que no tenían nada mejor que hacer en aquel momento.

Esta nefasta visión extremamente relativista de la historia, (y de la vida en general) en la que no cabe ningún orden y todo es cuestionable de la forma más grosera y simplona está generada por una forma de pensamiento actual que se ha dado en llamar Postmordorianismo. Desde mi posición, aquí y ahora, detendré de lleno este frente amenazante que encarna el profesor Ladrillard y sus seguidores, la llamada Escuela Oscura.

[Desde la tribuna de la presidencia se oye un "Dele fuerte, Retuerce" jaleado en voz baja por el rector Arcadio. "Por favor, colega, seriedad. Guarde usted la compostura" dice el Rector Georgio mientras le pega un codazo a su vecino.

"Si, si" le responde este, "pero ya veras como gano la apuesta y tienes que pagar la cena"]

Decir simplemente que no hay malos y buenos es plausible. Argumentar, como hace mi colega y toda la Escuela Oscura que lo apoya, que los Nazgûl son unas pobres víctimas de un engaño y unos sufridos esclavos que merecen compasión es un tontería de tomo y lomo. Como fantahistoriadores y hombres de ciencia fantástica que somos los aquí reunidos no debemos seguir engañándonos con ejemplos arcaicos de propaganda como los efectuados por Sauron III, el llamado "sauron". Parece mentira que después de tantos siglos y Edades tales argumentos sigan teniendo validez.

Creo que ha quedado ya suficientemente probado que los Nazgûl carecían de conciencia, razón por la cual hubieran sido incapaces de reclamar el Anillo Único en caso de que hubiera caído en sus manos. "Sin conciencia no hay inteligencia", como se suele decir allá en la Comarca. Por tanto, es claro que, en el hipotético caso de que los Jinetes hubiesen

sobrevivido a la caída de su amo estos se habrían liberado, sí, pero en todos los ordenes. Porque al estar muertos eran espíritus incorpóreos. Pero dotados de poder, lo cual les permitía residir en los cuerpos "desocupados" de otros fallecidos, (como ya argumentara el Doctor Azaghâl en el "El Otro Lado : la Ciencia de los Anillos y el Mundo Espectral"). Pero una vez perdido este poder se pierde la voluntad de animar la carne muerta. En mi opinión, lo que queda de uno de los Nazgûl (uno de los auténticos, claro) después de perder su anillo, es decir después de "liberarse", no es mas que un cadáver putrefacto con el coeficiente intelectual de una piedra. ¿Y el espíritu? Ardiendo en las llamas del Monte del Destino con toda seguridad.

Seria provechoso, por lo demás, investigar esa supuesta "amnesia" de la que hicieron gala alguno de los pretendidos Nazgûl "originales", según consta en algunos documentos conservados, para explicar porque sus nombres no aparecían en los anales y crónicas de Edades anteriores a la Cuarta Edad ¿No ocultaría en realidad esta excusa una total falta de imaginación para explicar, siquiera un poco coherentemente, su origen nazguliano? ¿Sería motivada tal vez por su desprecio hacia cualquier conocimiento tolkieniano que no respondiese a sus propios interés sobre el asunto?

¿Y por qué esa poca importancia dada al nombre? La cuestión es primordial. La invención de nombres totalmente incoherentes no puede tener cabida aquí, y la excusa de la amnesia no es más que un timo. Ya lo sostenía de manera general la Doctora Ursulina K. Le Guin en su profundo ensayo "Los libros de Terramar", y, sobre todo en el caso particular que nos atañe, el Doctor Atanelda de Gondolin en su "Reflexiones acerca de El Hobbit: Una Relectura".

<<Y es algo que se da en toda la obra de T. Los nombres definen lo que son las cosas, no simplemente las denominan o etiquetan. En T lo definido, no sólo entra en, sino que es la definición. Un nombre de Tolkien, dice mucho más. 'Con todo, una hoja pintada por Niggle posee un encanto propio'. Como dice el mago gris, quizá explicándonos esta teoría: 'yo soy Gandalf, y Gandalf significa yo '>>

El nombre, en el universo tolkieniano, da forma a la cosa y es innato en ella. No como afirma cierto libro fabulador de la Saga Realidad de un tal J. Locke titulado como "Ensayo sobre el entendimiento humano", en el que se cuenta la peregrina tesis de que los objetos reciben el nombre que mas le conviene a un grupo de hablantes para entenderse entre ellos.

Un personaje sin nombre, no es nada, y un nombre inconsistente, que no señala ninguna característica de la cosa, sino que es una pomposa imitación (e.g. "el Nazgûl Reimstall Krigojj"), es menos que nada, una amalgama de letras muertas sin la magia de la vida que aquel otorga. Una espada de nombre "Glamdring" poseería en definitiva mas consistencia fantástica, mas vida, que estas denominaciones Pseudo-nazgûlianas.

Por otro lado, no estaría de mas abordar otras interesantes tesis, como las propuestas por el insigne psiquiatra, doctor Segismundo Frodo, quien ya nos hablo en su libro "El fetichismo tolkieniano" sobre estas obsesiones, estas desviaciones de la conducta que llevan al sujeto a la posesión de unos determinados objetos materiales no exentos de una subyacente sismología. Serviría para explicar esta enfermiza actitud el hecho de poseer anillos. El anillo representa a la madre, su forma curva y el hueco que forma el aro son el útero materno al que desean volver. Siguiendo las tesis de S. Frodo me inclinaría a pensar que los neo-Nazgûl están atenazados por algún trauma de la infancia que se desarrollo en la madurez mediante la represión sexual del sujeto. Uno de mis alumnos lo expresó de una forma clarividente en clase: "estos tíos no se comían una rosca". Podría relacionarse con su escasa, sino total, falta de actividad sexual.

[grandes risas entre el publico y discretos pataleos y silbidos de la oposición. El profesor Ladrillard mantiene en su rostro su imperturbable sonrisa cínica]

Otros razonamientos a tener en cuenta serian, ademas, las súbitas transformaciones repentinas de algunos Jinetes hacia otros caracteres, como tal fue el caso de la evolución de Khamûl hasta su configuración como Gwindor Sobre esto, los Nazgûl nada dijeron, quizá debido a su ignorancia supina ¿o también la amnesia les afectaba en estos asuntos? Ademas habría que tener en cuenta el solido argumento de que existió constancia de mas Pseudo-Nazgûl que anillos, es decir mas de nueve. ¿De donde sacaron el resto sus respectivos

anillos? Volveré a esto inmediatamente. Aunque no puedo dejar de reseñar aquí una extraordinaria y significadora crónica recientemente descubierta titulada "El décimo Nazgûl". Tras el sugerente titulo se esconde una importante revelación: si un cumulo de casualidades y presiones convierten a un simple hobbit en un Jinete Oscuro, cuál seria la catadura de otros pretendidos Ulari que aparecieron en época posterior a los tiempos de Sancho Ganapiés (concretamente desde la Guerra de la Cerveza en adelante)? ¿Eran Hendrik,

Gustavo, Akhôrahil, Reimstall Krigojj, Rik Mayall the Witch King of Angmar y otros semejantes unos simples destripaterrones, molineros usureros, ovejeros maleantes, rascabarrigas y lumpenproletariado en general que decidieron ponerse unas ropas negras y asustar a sus convecinos, en vez de los antiguos Reyes y Señores que presumieron ser cuando "estaban vivos"? ¿A quiénes pretenden engañar? ESTABAN vivos entonces y siguieron vivos mientras representaron, de forma poco convincente, sus papeles de oscuros.

Para finalizar este debate e invalidar las teorías de mis oponentes, diré que mi colega Ladrillard es un metafísico, un especulador que maneja a su antojo las tesis que más le convienen para hinchar el relativismo del que tanto presume. Yo en cambio aportaré aquí y ahora la evidencia, el hecho solido. Veo que mi colega aun sostiene su media sonrisa que le caracteriza, pero se sabe ya perdido [miradas de desconcierto e interrogación entre los asistentes]. Porque mientras él permanece cómodamente incrustado en su cátedra universitaria pensando que Arda gira en torno a sus pies y que no cabe ya nada por descubrir, yo me he cubierto del polvo de las excavaciones y he hecho descubrimientos. Si, señoras y señores, descubrimientos, nuevos aportes a la ciencia que mi colega Ladrillard considera agotada y que sus adeptos rechazan para lanzarse al libre albedrío interpretativo. ¿Y qué es lo que he descubierto? se preguntaran. Muy sencillo: anillos.

[saca una gran bolsa de debajo de su mesa y la coloca sobre ella. A continuación, la vuelca sobre el estrado desparramando su contenido, cientos de objetos metálicos de diversos tamaños. Se escucha un profundo "Ohhhh" por parte del publico asistente]

He aquí la evidencia: anillos, un ejemplo de los miles que he descubierto en multitud de cuevas cavernas y torres de Mordor, Dol Guldur, Angmar y otros núcleos Postmordorianos, junto a huesos humanos envueltos en mortajas negras. Las dataciones indican una fecha de fabricación aproximada no anterior a la primera mitad de la Cuarta Edad del Sol y los materiales usados son normalmente hierro de baja calidad y en algunos casos bronce. Estos anillos, distinguido publico y jueces, fueron hechos después de la Guerra del Anillo y sus propietarios, lo puedo asegurar, eran simples mortales. ¿Que hacían viviendo en tierras tan difíciles? Esos es algo que aplazo para investigaciones futuras. Pero algo queda en limpio: mientras los restos de asentamientos humanos continúan en esos lugares durante varios siglos más, no se detectan en cambio mas producciones de anillos a partir del transito de la Cuarta a la Quinta Edad. Esto me hace suponer que tal profusión de baratijas corresponde a una moda, a una simple moda. Y como todos sabemos las modas son efímeras. Si los Pseudonazgûl fueron tan simples y tan manipulables como para dejarse engañar por estas simplezas, mucho me temo que aquellos que les siguen en la actualidad no son mucho mejores que ellos, y que la verdadera amenaza no será la Oscuridad, esa que apaga la Luz, sino el oscurantismo postmordoriano ,que sumergirá la iluminación de la coherencia racional en una tiniebla de estupidez perpetua.

He dicho.

[Tras un breve silencio el auditorio estalla. Se mezclan salvas de aplausos, silbidos, jaleos, pataleos, ovaciones y abucheos. El publico, levantado de sus asientos, se agita y se remueve. Un grupo de estudiantes rodea la mesa del Profesor Retuerce lo alzan y lo pasean en brazos por todo el Salón de Actos ante la irritación y el cabreo rotundo de los Postmordorianos. Finalmente, la turba estudiantina decide dirigirse hacia el Paraninfo y conduce a su admirado maestro hacia la salida del Salón. Debido a la altura a la que se encontraba, el Doctor Retuerce se estampa la crisma contra el marco de la puerta y cae hacia atrás. Recibió ocho puntos de sutura y la corona de laurel al mejor orador de la jornada durante la cena celebrada en honor del vencedor. Pagó Georgio.]

 

Intervención del profesor Ladrillard

-Antes que nada, es una lastima que el pintoresco profesor Retuerce haya abandonado la sala antes de escuchar mi réplica. Aprovecho para decir que lamento mucho el golpe que se ha pegado en la cabeza ; afortunadamente, había poco de valor allí.

(risas de los alumnos de la Escuela Oscura).

Entiendo que el profesor Retuerce se especializa en Arqueología. Interesante ejemplo de lo que llamo absorción indeterminada del significado en el código: es evidente que el mismo profesor Retuerce es -desde la perspectiva del mundo de las ideas- una pieza de arqueología. El profesor se ha quedado anclado en la Cuarta Edad, con sus valores bien diferenciados, con sus oposiciones dialécticas bien/mal, nobleza/ruindad, luz/oscuridad gozando de buena salud ; y no entiende que esa armazón se ha resquebrajado. Hoy todo el sistema simbólico oscila en la indeterminación, toda realidad es absorbida por la hiperrealidad del código y de la simulación. Las finalidades han desaparecido, solo quedan los simulacros. Retuerce, en su inocencia, insiste en preguntarse si los Nazgûl son o no lo que ellos dicen ser. Cree que los signos deben tener referencia, y que la existencia es algo más que un sistema lingüístico vacío de contenido. Pero lo cierto es que la importancia del significado ha sido arrollada, avasallada, sepultada, por el Valor del signo en su sistema de significantes, usando la terminología de Sosiur. En el hecho de llamarse Nazgûl radica toda posible nazgulidad, y siempre ha sido así. Lo nazgúlico se opone a lo élfico, a lo órquico, a lo mediánico, a lo humánico, y encuentra en esa red de oposiciones su única posibilidad de existencia.

Existencia declarada, existencia de símbolo, de hecho lingüístico desligado de cualquier hipotética Realidad. Y en ese sentido se igualan todos los Nazgûl, los que existieron ayer y hoy, comparten la misma esencia, que es la falta de ella. Se equivoca Retuerce al interpretar la frase de Gandalf "Yo soy Gandalf, y Gandalf significa yo", como una confirmación de que el nombre forma parte consustancial de la cosa y que aun se identifica con ella. La verdad es que no existe la cosa, y lo único que existe es el nombre, autoreferenciándose. Por lo tanto, cuando Gandalf dice "Yo soy Gandalf y Gandalf soy yo" en realidad esta confesando su inexistencia como cosa, su ser signo y solo signo sin referencia, un signo mas en una red de signos despegado de cualquier mundo. Esta diciendo: "no hay nada detrás de mi nombre".

En definitiva, lo que es preciso reconocer es que todo vale, todo se iguala, en una amalgama indiscrimanada de planos que encuentra su realidad en la misma oposición simbólica, es decir, en la ley estructural del valor, y lo simbólico obedece los tópicos, los económicos, los libidinales, o los políticos, en una tensión de liberación que ya no tiene relación con un deseo ni un intercambio, ni siquiera con un sandwich de chorizo.

(murmullos de admiración.. Los oyentes anotan en sus cuadernos las palabras difíciles, para poder repetirlas luego).

(interrumpe un alumno)

-Profesor, una pregunta. En su ultima frase hay algo que no entendí.

-Sí. Diga.

-Qué significa exactamente la palabra chorizo?.

-Vea, no se puede resumir aquí. Para captar en detalle el verdadero alcance del termino chorizo en la red semántica a la que se incorpora dentro del discurso de la izquierda actual, hace falta entender toda la concepción del inconsciente como maquinaria volitiva en Fraude, y la noción de valor de uso en los mecanismos de producción según Marcs, por lo menos. Un abordaje mas suscinto puede también encontrarse en el libro "Cocina Fácil" de Karlos Arguiñano, donde se presentan brillantemente las oposiciones estratégicas entre conceptos dialécticos tales como cebolla/ajo chorizo/lechuga o patata/nabo.

Para terminar, y citando de nuevo a Marcs, cada acontecimiento pasa primero por una existencia histórica, para resucitar inevitablemente en forma de parodia. Señores, ya toda la historia está escrita, y solo nos queda la parodia. El mundo es un remedo, un simulacro, una inextricable red de sombras superpuestas. En ese sentido, la figura del Nazgûl es emblemática. ¿Qué mejor símbolo de la realidad actual?. Esa es la base conceptual del Postmordorianismo. Cuanto antes lo aceptemos, mejor.

Parafraseando al pensador kyelepeño Diyepolin, "Todo es igual; nada es mejor; lo mismo un burro que un gran profesor". Dejo en las manos del atento auditorio la tarea por demás sencilla de reconocer en esta discusión entre Retuerce y yo, quien es el burro, y quien el gran profesor.

He dicho.

(aplausos y vítores de la facción oscura. Alguien apaga la luz. Todo se iguala en la democrática oscuridad. Se escuchan golpes, y sillas que vuelan y se estrellan en las ventanas. El rector Arcadio Robles da por cerrado el simposio. Solo se alcanza a ver la cínica sonrisa de Ladrillard, impertérrita, con su diente de oro).

 
UAN, IX Edad