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La Universidad Autónoma de Númenor es
el más grande complejo académico existente en la Arda de la Novena
Edad del Sol. Sus instalaciones se encuentran distribuidas en 13 campus
a los largo de Ciudad Númenor, la metrópolis erigida sobre la isla
artificial del mismo nombre situada en medio del Belegaer. El proyecto
de construcción tanto de la isla como de la UAN fue originado a principios
de la Sexta Edad por el rey de la Segunda Dinastía Tar-Karolis III
con el propósito de estudiar in situ los restos arqueológicos
de la antigua civilización de Númenor o Akallabêth.
Sobre una plataforma artificial, cuyos pilares se asentaban sobre la superficie sumergida de la isla, se originó el primer núcleo de población, formado casi exclusivamente por arqueólogos marinos e investigadores especializados. Cientos de nuevos descubrimientos que salieron a la superficie en los años siguientes eran examinados y clasificados en la misma plataforma, sirviendo de materia de conocimiento para las siguientes generaciones de estudiantes de Historia que comenzaron a llegar a las nuevas aulas.
De este modo el mundo entero dio un salto cualitativo en cuanto a los conocimientos que tenía sobre sus antepasados. Y fue tal el prestigio que este centro de investigación y estudio alcanzó en los siglos siguientes que se produjo poco a poco un aumento de su población estable, y con ella una diversificación de sus actividades: la tecnología necesaria para construir y mantener las nuevas plataformas que se iban levantando en torno a la original comenzó a producirse en la propia UAN con la incorporación de sus facultades de Ciencias; además, su situación geográfica, en el centro de las rutas marítimas entre Occidente y Oriente, colocaba al pequeño pero creciente islote en una situación inmejorable para el comercio.
Con el paso de las Edades, Ciudad Númenor se ha convertido en una de las urbes mas importantes del mundo, solo comparable en desarrollo y riqueza a la megalópolis de Ciudad Gondor. No es de extrañar pues que, cuando los artistas surgieron en esta nueva Atlantë y comenzaron a entonar cantos y poemas en su honor dijesen de ella:
"Númenor ha vuelto ya a emerger libre al fin del abrazo de Belegaer"
