Parte 1 de 7


Y sucedió tal como relatan las crónicas, que cuando habían transcurrido 1999 años, 364 días y 23 horas desde el comienzo de la Novena Edad del Sol, el mayor enfrentamiento desde los Días de Beleriand haría tambalearse los pilares del conocimiento. Muchas canciones originaría y mucho tiempo después sería recordado como un lejano rumor que marcaría el porvenir de la sabiduría y de lo establecido, y así fue como el Doctor Eleder se vería inmerso en unos acontecimientos imprevistos que lo colocarían en el centro de una terrible confrontación jamás antes imaginada.

"Y empezaron a hablar y a dar nombre a todas las cosas que percibían. Y Finwë, en esta primera morada junto al agua bajo las estrellas, tuvo una súbita claridad de mente y forjó una palabra que escondió en lo profundo del corazón como un preciado tesoro que temes perder y que mucho más tarde transmitiría únicamente a su primer hijo: cerveza".
Sabiduría popular Noldor

El Dr Eleder descansaba satisfecho pero afligido en su despacho. Depués de los duros días de preparación de todos los festejos y actos de celebración de Yule en la UAN se merecía este descanso, sí -pensó suspirando profundamente-, lo merezco. Se levantó intentando quitarse el nerviosismo que le atenazaba. Todo saldrá bien, no habrá fallos -se repetía una y otra vez-. A una hora del fin de la Novena Edad y en un vano intento de aplacar la ansiedad que le inundaba había huído de la sala de actos y se había acomodado en su siempre agradable y tranquilo despacho. Repasó con los ojos todos los libros que se apilaban en las estanterías sin mucho orden. Eligió uno al azar, y lo empezó a ojear confiando en que liberara su mente. Situación Geopolítica del Quenya en los Reinos de Beleriand, autor...Dr Eleder, bahh este me lo sé de memoria -dijo dejándolo donde estaba-. Escogió otro situado en lo alto. Círdan, su verdadero papel en la Historia, autor...Dr Eleder. ¿Es que yo he escrito todos estos libros?, sí -se respondió a sí mismo-, este año ha sido especialmente proclive en la impresión de estudios y teorías, en un futuro lejano mi nombre será recordado y el pasado no será olvidado gracias a esta letra impresa.

Pero se equivocaba. Sería recordado mucho tiempo después sí, pero no por su dedicación plena y exclusiva a la búsqueda de la verdad y el conocimiento. Tal como hoy en día se canta, sus divagaciones fueron interrumpidas al abrirse súbitamente la puerta y penetrar en su despacho una fina corriente de aire frío.

El Dr Eleder ahogó un grito de sorpresa al ver entrar en perfecto orden jerárquico a cuatro figuras en su despacho. La sorpresa se tradujo inmediatamente en miedo al reconocerlas. Vestían el traje oficial de campaña de las Juventudes Noldor, y por si hubiera aún alguna duda de su afiliación, destacaba sobre todo ello un reflectante pin que con forma de estrella de ocho puntas colgaba orgulloso de sus camisas. Se colocaron en perfecta fila, con pose recia y recta espalda. Sólo uno de los cuatro distorsionaba el conjunto, se tambaleaba ligeramente de izquierda a derecha.

- Pero....pero...¿¿cómo balrogs habéis podido entrar aquí??, ¡¡¡a mí la Guard....!!!

- ¡ALTO!, no hemos venido hoy aquí a quemar nada -dijo Caranthir adelantándose un paso-. Y ha sido fácil, toda la Guardia Académica está borracha o en curso de ello. Estúpidos, para los Noldor no significa nada otro cambio de edad.

- De estrúpidooss nada -murmuró una voz-, ademasss en essta essperada Edad hay una conjiunsion valarianoplanetaria que indika que sseraá el Año de la Chervecha -Caranthir se giró veloz al oírse contradecido, todos mantenían la férrea pose, menos uno que miraba al techo y silbaba-.

- Entonces...¿qué queréis? -preguntó el Dr Eleder dubitativo-, os advierto que he sido nombrado ayer mismo AntiFëanoriano del Año.

- Maglor...suelta el rollo -dijo Noldorynn dándole un codazo-.

Maglor se adelantó ligeramente, cruzó las manos atrás, tomó aire con un lento suspiro y empezó a hablar...

- Nosotros somos los Altos Elfos, Hijos de Ilúvatar, los Primeros Nacidos bendecidos con múltiples dones y virtudes por el Único. En tiempos inmemorables cuando el mundo era joven y no había nada ni nadie que estorbara o sobrara inventamos el habla. Hermosas palabras que embellecían Arda y nos embellecían a nosotros mismos. Le dimos hermoso uso y día a día iba aumentando con nuevas formas y expresiones que definían cada cosa que descubríamos.Y así, cuando regresamos en nuestro exilio lo enseñamos y lo dimos a conocer sin pedir nada a cambio. Pero he aquí que lo hermoso se tornó en horrible y necias e inapropiadas bocas lo usaban a su propio parecer, olvidando nuestras enseñanzas y desvirtuando lo nuestro por lo qu...fiuuuuuuu

Noldorynn le propinó otro codazo esta vez más fuerte y doloroso y Maglor soltó todo el aire que aún le quedaba.

- Ya está bien, ¡patrás! -Maglor retrocedió un paso y volvió a la fila-, brrrrrr...como me pone este de los nervios.

- Es cierto -aseveró el Dr Eleder-, pero no totalmente, todos los Quendi o Los que hablan con voces inventaron el habla. No sólo vosotros os podé...

- Pero el quenya sí -interrumpió Caranthir con un tono seco-. Tú eres catedrático de Filología Quenya en la UAN, ¡un Silvano dando a conocer la lengua de Fëanor!. Tamaña desfachatez no la habían visto mis ojos desde que Beren le robó a mi querido hermano Curufin a Lúthien con sucias y mágicas artes.

Cambragol se adelantó tambaleante ahora un paso, le señaló con un tembloroso dedo -esta vez no el medio- y farfulló...

- Ef pro ello Doftor Elefer que nosssotross.......TE RETAMOS, ¡hic!.

La cara que puso el Dr Eleder al oírlo fue indescriptible. Una exquisita mezcla de cara de tonto -semejante a la de Fingolfin al ver las llamas de Losgar-, de sorpresa -como Fingolfin al ver que Morgoth...salió, y el farol que se estaba marcando se había convertido en su peor mano-, de indignación -como Fingolfin al comprobar que los Hijos de Fëanor le habían dejado Hithlum en el reparto de Reinos, la tierra de la niebla-, de estupor -como Fingolfin después de atravesar el frío Helcaraxë, van los Valar y crean el sol justo al salir de él-, de verguenza -casualmente igual a la de Fingolfin al despertarse en Mandos de una borrachera de sólo 3 cervezas-, en definitiva, cara de auténtico gilipollas.

- Pe...per...pero ¡a mí no me gusta la cerveza!.

- Lo sabemoff, por esso te odiamosss másss si cabe...glurp

Caranthir hizo retroceder a Cambragol hasta la recta fila, se adelantó de nuevo Caranthir, estaba recién duchado -realmente recién duchado cinco veces- y el olor de abono de árboles había desaparecido...casi por completo.

- No hay mejor forma de humillar al inculto, de desvirtuar al virtuoso, de descubrir al fantoche que...ganándole un reto donde cree saber más. No habrá ni premio ni castigo, no buscamos eso. Si nosotros los Fëanorianos ganamos tan sólo confiaremos en que os rindáis a lo evidente y dimitáis de vuestra cátedra de quenya....pues, en efecto, el duelo será en quenya. Lengua que decís conocer, ¿aceptáis Dr Eleder, o no os atrevéis?.

- Acepto -dijo sin miedo el Dr Eleder, sus conocimientos en esa materia eran tan amplios que daba por imposible una derrota, y si ganaba a los Fëanorianos en un duelo en su propia lengua natal, quedarían estos heridos de por vida-. Que nuestro conocimiento en quenya se vea confrontado, pongo a Manwë y a Varda por testigo que seré limpio, snifff sniff -añadió oliendo el aire-, espero que tú también Caranthir.

Caranthir, Maglor y Noldorynn asintieron satisfechos. Cambragol dijo desde su sitio sin romper la fila.

- ¡Profarás el polfo estrupido teler!.

- ¡Eä! -exclamó Caranthir-, y ahora, he aquí nuestra pregunta.

Caranthir tornó su agitada expresión en unos rasgos más suaves y apacibles. El Dr Eleder se sobrecogió, un Príncipe de los Noldor le hablaba en su Lengua, el encanto del momento hizo que el Doctor creyera vislumbrar por unos instantes los altos y blancos muros de una lejana ciudad, en el cielo límpido brillaban puras las estrellas, su luz se mezclaba con otras dos, más bellas y hermosas, y con todo, otras tres se entretejían desde la frente de un portador.

Taniquetildesse nar i Valar,
Andon Lómeo tere hehtanente Moringotto,
Sauron cánorya ná vanwa yando,
entuluváro Ambar-mettan,
númeheruvi mahtuvar so an i telda lú.
Mana lá harya Moringotto?

Y tan súbitamente como se aclararon sus ojos ante la visión, la luz murió bajo una oscura sombra que pasó y que lo devolvió a la realidad en su pequeño despacho, tal era el poder de la Antigua Lengua en los labios de los Sabios.

- ¡jaaaá!, ¡¡chupate essa!! -bramó Cambragol haciendo el típico gesto noldorin de 'chúpate esa': brazo levantado en horizontal y a la altura del codo doblado hacia el pecho, con puño cerrado y acompañado de leves movimientos adelante-detrás, creado por un anónimo Noldo primer empujador del primer Teler-.

- Hmmm, acento de Tirion, del barrio aristocrático; aunque hay un cierto y apagado caríz del quenya vulgar característico de las tabernas de mala muerte -tales divagaciones del Dr Eleder produjeron una sombra de duda en los Fëanorianos, Caranthir volvió de inmediato a su normal cara que le había valido el apodo del Oscuro-.

- A las 2 de la mañana de la Décima Edad vendremos por una respuesta. Quedáis citado en la Sala de Actos de la Universidad, para que todos comprueben vuestra ignorancia. Tenéis tres horas.

Los cuatro salieron del despacho tal como habían entrado y cerrando la puerta dejaron al Dr Eleder meditabundo y aún confuso, pudo llegar a oír en el pasillo.

- ¿Vamoff por una birrra

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