-Ya está encima, ya está encima y tengo que supervisar todos los preparativos, esto puede ser el más completo desastre, a lo largo de todo el día van a ir viniendo los invitados y ¿qué se van a encontrar? Que Manwe me asista si esto no sale bien, a ver cómo le explico al Rector que... Ay, Eru mío, no puede ser... -farfullaba el Doctor Eleder, mientras recorría con paso rápido los pasillos del Campus de Arandor, encaminándose hacia la puerta principal de la Universidad; por su mente bullían aún todos los detalles de la preparación de los festejos de Yule, en su calidad de presidente de la Comisión creada a tal efecto. Si bien la expresión de su rostro parecía denotar algo de inquietud, ello sólo se debía a su bien ponderada capacidad de ocultar sus verdaderos sentimientos; en realidad se hallaba total y absolutamente desesperado- ¡SEÑOR LINDAER! -bramó, al llegar a la Puerta y contemplar allí a un viejo semielfo apoyado a una columna- ¿Qué está haciendo usted aquí parado? ¿Cómo va su trabajo? ¿¿Ha terminado ya??

-Eeemmmm... -el semielfo se puso rápidamente firme, cara al exasperado Doctor -Bueno... se refiere usted al Arbol de Yule que teníamos que colocar en la puerta para recibir a los visitantes, no? Bueno... es que... ejem... ha habido un pequeño problema...

-(Lo sabía, lo sabía, por las tres piedras de la corona de Melko!!!) -los juramentos del Doctor Eleder solían cambiar de signo cuando su indignación aumentaba mucho- ¿¿Y qué es lo que ha ocurrido, portero de pacotilla, que no sirves ni para la jubilación??

-Bueno.... -Lindaer parecía azorado- La verdad es que salimos a buscar el árbol más apropiado al parque cercano, pero en ese momento se unió a nosotros el señor Altarrama, el Saludador Oficial, y dijo que en cuestiones de árboles era él el especialista, y que tomaba el mando... y como es mi superior... bueno, así que estuvimos durante veintiseis días recorriendo el parque, porque el señor Altarrama no terminaba de decidirse, y...

-No puede ser..... Eru me valga.... -el Doctor levantó los ojos a la cúpula del vestíbulo, exasperado- ¡¿Pero lo encontrasteis al fin?!

-Sí, sí.... el señor Altarrama escogió por fin uno de los árboles hace ya tres días...

-Bien... menos mal... pero, en ese caso, ¿dónde está? ¿Por qué no lo han colocado ya en su lugar?

-Es que.... bueno, cuando mandamos a una cuadrilla de operarios enanos a cortarlo para traerlo al campus, el señor Altarrama se puso hecho un obelisco, arrebató las herramientas a los enanos, y dijo que ni se nos ocurriera talarlo, que cómo habíamos podido pensar tal cosa, y que se encargaría él...

-Peeeroooo.... peeeerooooo..... -balbuceó el Doctor, sin dar crédito a lo que oía- y... ¿dónde está ahora el señor Altarrama? ¿Dónde estááá?

-Bueno... -Lindaer bajó los ojos, como si le costara transmitir esta última parte de la información- Le hemos dejado en el parque.... lleva estos tres días hablando con el árbol, intentando conseguir que se traslade aquí por su propio pie...

* * *

-(Tenía que haber cogido un ascensor... estas escaleras me van a matar algún día... pero lo de los árboles me ha sacado de quicio... esperemos que al menos...) -seguía musitando el Doctor Eleder, mientras corría hacia los pisos altos del Edificio Central- Ya llegué... Bien... ¡Señores Tori y Bori! Díganme, ¿han instalado ya los...? -se detuvo, tras constatar la falta total de adornos en el techo de la Bóveda- ¿¿Qué ha pasado?? ¿¿Por qué no está esto tampocoooooo?

-Pues, señor... mire... -comenzó a contestar Tori- Ya habíamos comprado todas las luces que usted nos había encargado, de distintos colores, para componer imágenes de Papá Bombadil, hojas de uilos, y otras cosas más... y de hecho, ya habíamos colocado unas cuantas... pero llegó la dama Elentári...

-¿La dama Elentári? ¿Se refieren a la profesora de Derecho Valiano?

-En efecto, señor -contestó Bori-, la misma... y nos comenzó a gritar que dónde nos habían vendido esas luces, que a ver si nos creíamos que eso era digno de una Universidad como ésta... y nos hizo ir quitándolas, y dijo que ella misma se ocuparía del tema, y que adornaría el techo con sus luces más hermosas...

-Oh, no... bueno... ¿y qué es lo que hizo?

-Emm... -respondió Tori- Bueno, la verdad es que la siguiente vez que la vimos, había cogido un pico y daba toda la impresión de que pretendía echar abajo la cúpula del vestíbulo...

-¡¡¿¿ECHAR ABAJO LA C.....??!! Pero.... pero.....peroperoperoperooo.......

-Sí... decía que no había ninguna luz más bella que sus titilantes y resplandecientes estrellas... así que...

-¡¡Pero....... no puede serrrrrrr.... esto es inconcebible!! ¿¿Cómo se le pudo ocurrir.....?? ¡Aaaaarrrggggg!

-(Desde luego, este doctor Eleder tiene toda la razón -confesó por lo bajo Bori a Tori-. Era una idea totalmente absurda... ¿es que la dama no se había dado cuenta de que estaba nublado?)

* * *

Cuando, con paso inseguro, el Doctor llegaba a las puertas del Salón de Actos, resultaba casi aterrador contemplar sus temblorosas manos... -(Esto tampoco funcionará..... Mi carrera se va a hundir... ¡TODO VA A SALIR MAL!)-profería. Por fin, consiguió blandir el picaporte y penetrar en la oscura y reverente interioridad del gran Salón.

-Señor Gardenio... es usted mi última esperanza... -musitó- Dígame... ¿ha hablado con el profesor Adanost? ¿Ha encontrado el dato que le pedí? ¿HA HECHO ALGO?

La cara de Gardenio Aguaclara rebosaba de satisfacción. -Sí, señor... todo ha salido a la perfección! Fui al edificio Pengolod, a la facultad de Historia, y hablé con el señor Adanost... y estuve hablando de su encargo: revisar entre la historia de los antiguos pueblos de la Tierra Media para rescatar alguna vieja costumbre con la que se celebrara Yule. El señor Adanost me dijo que había puesto a sus alumnos a indagar, y que un tal Gurukh Pardales le había descubierto una que iba a venir al pelo!

-Bien..... y ahora... dígame....... ¿¿¿cuál ha sido el problema???

-¿Problema? -el señor Gardenio demostraba no entender la pregunta- ¡No ha habido ningún problema! Nos pasó el texto detallado, pusimos manos a la obra... y aquí está! -Dio dos pasos, accionó un mando e hizo abrirse el telón del escenario. -Un precioso Nacimiento Yuliano!!!

-Emmmm... bueno, yo reconozco que no sé mucho de historia... -dijo el Doctor, rascándose la cabeza- pero... ¿de qué se trata esto? ¿Qué son todas esas estatuas?

-Bien... al parecer, en un lejano pueblo de las estepas de Khand, existía una costumbre peculiar de celebrar Yule; lo hacían colocando en sus casas unas figuritas simbolizando el nacimiento de un Niño, que al parecer decían que era la encarnación de Eru en la Tierra Media. Las demás figuras representaban determinados aspectos de esa fiesta... Y el caso es que aquí hemos creado una adaptación con personajes históricos de las primeras Edades del Sol.

-Mmm... bien, no parece mala idea... -suspiró el Doctor- Bien, comencemos... ¿Qué es esa cueva?

-Se trata de la cueva en la que se produjo ese Nacimiento, según la tradición Khandiana referida. Bien, se dice que el padre de ese Niño era carpintero, y que era un varón muy anciano, y muy leal... por lo que no había nadie mejor que Cirdan para representarlo! A su lado, obviamente, está la dama Galadriel, representando a la madre del Niño... recuerde que hay interpretaciones de la escuela Tolkienística que unen a la hija de Finarfin con este papel... y se dice que en la cueva había una mula y un buey... así que hemos colocado al famoso poney Bill, y a su lado una vaca de Araw.

-Oh... -Eleder no parecía muy seguro- ¿Y eso que está encima de la cueva?

-Bien... es un personaje mitológico, del que se dice que anunciaba la buena nueva, y al que siempre se le representaba volando; por eso hemos puesto un dibujo de Earendil, con dos alitas. Las alas son de su esposa Elwing que está detrás de él, claro, sólo que no se la ve...

-Bien, sigamos entonces... ¿Qué son esos tres extraños personajes que van por el camino hacia la cueva, montados en... emmm... en esos extraños... mearas con jorobas? ¡Y uno de ellos es negro!

-Se trata de los Tres Reyes Istari! Una tradición... y bien, como puede ver, son Gandalf, Radagast... y bien, el otro...... pues es Alatar o Pallando, uno de los dos, que ya sabe usted que pasaron por Harad, y como no se supo más de ellos, nada nos impide pensar que se acabó pareciendo a sus habitantes.... y las cabalgaduras, son mearas normales... lo que parecen jorobas en realidad son las mochilas con comida; en un primer momento pensamos ponerles a lomos de olifantes, pero creímos que no iban a caber en el escenario... Y vienen a traer al Niño presentes de Plata, Tela élfica y Mithril...

-Bien... ¿y esos ents de ahí? ¿Qué es lo que hacen?

-Bueno... es que la tradición obligaba a poner pastores... y nos ha parecido lo más apropiado poner a estos... que son pastores, aunque sea de árboles... el señor Barbol, de Filología, nos lo sugirió, y...

-Vale, vale, de acuerdo... Oiga, ¿y todos esos orcos con un uniforme brillante?

-Sí, son los soldados de... bueno, ¿ve ese castillo ahí arriba? Pues es una reproducción del de Isengard, y se llama "el castillo del rey Curunír"; los orcos son sus soldados... y se supone que vienen de matar a todos los niños hobbits del pueblo para impedir que...

-Bueno, bueno, no tengo tiempo!! Yo creo que está bien... Sí... el que está al lado del molino será Ted Arenas, supongo -Gardenio asintió fuertemente-... y entre los hobbits del pueblo, ése que está pescando...claro, se llamará Déagol... Mmm... bien, señor Gardenio... ¡¡¡Me ha salvado usted!!! -el Doctor suspiró de una forma ruidosa- ¡Por fin tenemos algo que realmente merece la pena para recibir a los invitados! ¡¡¡Gracias, señor Gardenio, gracias!!!

-No, señor Eleder.... si no las merezco.... -se ruborizó Gardenio- En realidad me han ayudado muchas personas.... el mérito es de todos, yo...

-¡Bueno, pero sea como sea, ha acabado! ¡Ya podemos esperar con calma a quevengan los estudiantes, y no tendré que exponerme a las iras del señor Arcadio Robles! ¡¡De manera que venga, le invito a una OrcoCola!!

-¿Podría ser un zumo de piña? -fue contestando Gardenio, mientras el Doctor le tomaba de los hombros y le llevaba hacia la cafetería, lejos del barullo de los alumnos que se acercaban al Salón de Actos por el otro lado del pasillo; y unos momentos después de quedar vacía la sala, se escuchó a una de las voces de alumnos diciendo:

-Desde luego, Gurukh, si consigues demostrar lo que dices, te pagaremos las tres noches para dos personas en el Hotel Falas que nos apostamos, pero...

-¿¿Demostrar?? ¡Ahora vas a ver si lo demuestro! Os lo dije, os dije que el doctor Eleder jugaba a la Saga Realidad, que le habíamos visto en muchas partidas y que incluso se estudiaba los módulos de rol... ¡Y no me creíais!

Pues, para que veais si realmente se preocupa por esta Saga... ¡aquí vais a ver cómo, para festejar Yule, ha hecho ni más ni menos que copiar un Belén de los que en esa Saga se acostumbran, un verdadero Belén, un Pesebre, un Nacimiento, algo totalmente ajeno a nuestra Tierra Media! ¿Cómo se le iba a haber ocurrido hacer esto de no ser por su conocimiento de la Saga Realidad? ¿No es una prueba clarísima?

-En fin... -admitió a regañadientes uno de sus compañeros- Sabíamos que no teníamos que apostar nada con un marrullero como éste.... Bueno, ¿sabes al menos con quién vas a pasar esas tres noches?

-Je, je, sí, tengo echado el ojo a una semimedia que... -y el sonido de las voces volvió a apagarse, quedando tan sólo el silencio.

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