Sala I

El Acorazado Telerin, de Serguei Telerseinstein

Puerto de Alqualonde, Valinor. Tras el robo de los Silmarilli por Morgoth, Fëanor y sus juramentados intentan hacerse a la mar en las embarcaciones de los Teleri. La tripulación amotinada del Telerim se rebela contra el estado de las cosas, lo que desembocará en una trágica matanza, que es lo que siempre ocurre cuando el estado de las cosas decide por su cuenta lo que hay que hacer. Una obra magistral que transformó el lenguaje del cine.

He aquí lo real, en estado puro, emergiendo en el mismo corte del montaje para hacer presente ese fragmento de tiempo intolerable por absolutamente vacío cuyo eco se traza en el carácter apoyado del raccord que conecta el plano general y el primer plano que le sigue.
Azrubêl Nimruzar. El Tortugo Númenoreano


He aquí el máximo exponente del teatro de vanguardia, la realización extrema de la atracción: con ella se impone una escenografía extraordinariamente matérica que hace aún más visible el vacío en el orden de la palabra.
Lusta Quettanwen. Imladris Ilustrado


No la entendí
Urk. Semanario Orco

El Ojo de Sauron, de Luis Bueñuelo de Viento

El argumento de esta película podría resumirse así: el señor de Mordor, vestido con un traje de lagarterana, arroja tomates contra un istari verde, mientras un viejo con una pipa corre detrás de él gritando "uno solo para dominarlos, uno solo para dominarlos". Detrás del viejo hay un toro amarillo y un toro azul a cuyos cuernos hay atado una larga cuerda que arrastra a un ejercito de hobbits untados en grasa. Entre medias se desarrolla una historia de amor a tres bandas que acaba con los protagonistas comiendo perdices en un fast-food.


Preguntado el director por los significados oníricos de su historia y los sueños que dieron origen a tan perturbadoras imágenes, éste declaró que no había soñado nada, que eso era lo que veía todos los días por la calle cuando iba a comprar el pan, y que, comparado con su realidad, cualquier fantasía imaginada era banal. Es por ello que se considera a esta obra como el inicio del su-realismo, o el arte de contar lo que a uno le pasa en su-vida.
Azrubêl Nimruzar. El Tortugo Númenoreano


Con su mordiente capacidad provocadora y una intención dinamitadora de las formas clásicas de expresión el realizador socava los planteamientos convencionales de la narración. Imágenes como el ojo rasgado son un puñetazo visual, una patada visual, un linchamiento visual, un apaleamiento con premeditación y alevosía visual, una batalla campal entre hinchas de fútbol visual...
Lusta Quettanwen. Imladris Ilustrado


Esta tampoco la entendí
Urk. Semanario Orco

El Nacimiento de una Nación

O como el Rey Brujo de Angmar levantó un país de la nada usando los huesos de los habitantes de Arnor como cimiento. Una historia llena de épica y patriotismo dentro del mejor estilo de las grandes superproducciones, contada con un lenguaje cinematográfico revolucionario.


Poder y brío, dramatismo cruento y una cuidada ambientación recrean de forma efectiva un pedazo de la historia de la Tierra Media. La carga de caballería del Rey Brujo se encuentra entre las dos o tres escenas más impactantes de la historia del cine.
Azrubêl Nimruzar. El Tortugo Númenoreano



La ampulosidad de formas que muestra el director y la descarada xenofobia que marca la narración no debe hacer olvidar al espectador que en ultima instancia nos encontramos ante una de las primeras grandes obras del séptimo arte, un clásico irrepetible. Sobre todo irrepetible, nadie mas querría volver a hacerlo

Lusta Quettanwen. Imladris Ilustrado

 


Más sangre, más
Urk. Semanario Orco

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UAN, IX Edad