Primero
ponemos 100 gramos de manteca sobre la mesa y la aplastamos (¿¡Pero
Violeta, con un tenedor, no con la mano!) junto con 2 yemas de huevo,
2 cucharadas de azúcar y una de vinagre. Debe quedar como una pomada,
más o menos como la que vende el boticario para el dolor de espalda,
que es fantástica por otra parte, no saben el dolor que tenía papá
y se lo sacó de una sola vez.
Se le agrega una taza de harina y se amasa bien. Luego se aplasta
y se coloca en una tartera chica enmantecada y enharinada, pinchándola
con un tenedor (¡Violeta! ¿qué hiciste con la harina? Claro, como
tu pobre madre es la que tiene que limpiar el piso después...) .
Ahora el relleno: pelamos un kilo de manzanas y las cortamos en tajadas
finitas. Es importante que las manzanas sean buenas: deben ser bien
rojas sin estar pasadas ni verdes, como le pasó a mi prima Azucena
que para ahorrar compró manzanas de descarte y justo esa tarde venían
a tomar el té sus suegros. No pueden imaginar la cara que pusieron
al probarla. Una vergüenza para la familia. Después algunos estuvieron
diciendo que la receta no era buena, pero no es así. Al contrario,
es exquisita. Fue culpa de ella por avara.
¿Donde íbamos? Ah, sí. Mezclamos la cáscara rallada de un limón ,
las manzanas y media taza de azúcar. Con eso rellenamos la tarta.
Finalmente,
se pone sobre la mesa 3/4 de taza de harina, 1/2 taza de azúcar y
100 gramos de manteca (me imagino que saben hacer manteca ¿no? El
que no, que me pida la receta, no quiero ofender al resto ¡sería como
decir que no saben hacer pan! Qué risa). Se corta la manteca con dos
cuchillos hasta que quede granulado y se colocar arriba del relleno.
Cocinar en horno caliente hasta que esté dorada (una media hora).
Sírvanla tibia acompañada de crema y ya verán. Creo, señores de la
UAN, que incluso ustedes podrían encontrar esposa con esta receta,
si es que me entienden.
Saludos
Rosa